La violencia es el último recurso del incompetente. Isaac Asimov

Durante los últimos años han venido apareciendo en los medios de comunicación cada vez más casos de asesinatos, actos terroristas, guerras, etc. que tienen como resultado la vida de alguien o algunos. Las personas que cometen estos actos no se les puede considerar de otra forma que enfermos. Siempre que me entero de alguna noticia de algún asesinato hay una pregunta que ronda mi cabeza: ¿Quién se cree esa persona para quitar la vida a nadie? Con esto no quiero decir que si haya alguien que pueda hacerlo, de hecho, considero que nadie quien para quietar el derecho de vivir por mucho que la "victima" sea un asesino. Pues en ese caso seriamos nosotros también los asesinos.

Uno de los casos que más se ve hoy en día en los medios es el de la violencia de género, a veces con resultado mortal. En estos casos, realmente me planteo si la especie humana ha evolucionado completamente y si no sigue algún Neandertal suelto por ahí, porque eso es propio de algunos animales, algo completamente primitivo y no característico de una civilización supuestamente avanzada.
La violencia contra la mujer es la violencia que se basa en el género y resulta un daño físico, sexual o psicológico. Incluye amenazas, coerción o privación arbitraria de la libertad, en la vida pública o en la privada. Diferencia varias formas de violencia contra la mujer, incluyendo el abuso sexual, físico y emocional ya sea por la pareja, familiares u otras personas.

Si leo esta definición y recuerdo el artículo 3 de los Derechos Humanos, el cual dice que todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona, me lleva a pensar y a cuestionarme el porqué de que, en pleno siglo XXI, aun sigan ocurriendo estas atrocidades. De hecho, en pleno siglo XXI miles de personas, incluso más, no tienen los básicos Derechos Humanos, al parecer universales, asegurados.

A veces, en cuanto a violencia de género, considero la opción de creer que en nuestro país aun hay una cultura machista y patriarcal bastante establecida, difícil de liberar y olvidar, para así justificar, de alguna manera, las acciones que somos capaces de cometer, pues siento vergüenza de vivir en un país donde el número de víctimas mortales por violencia de género en 2010 era de un total de 73.